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En un primer momento, el plan de la Escuela 2.0 estaba pensado para favorecer la competencia digital de toda la comunidad educativa (alumnos, docentes y padres), permitiendo con ello, una mejora de la calidad de la enseñanza en nuestros centros educativos. Puede parecer que detrás de un buen plan como es el de la Escuela 2.0, tiene que haber gente que se interese en el buen funcionamiento del mismo. Pero, tal y como se expone en este artículo, esto no ha sido así, y hemos podido conocer algunas situaciones que se están produciendo:
• Este plan se ha basado en la distribución gratuita de recursos tecnológicos a los alumnos. Uno de los problemas, ha sido la falta de formación previa del profesorado en el uso de estas herramientas. En muchos casos, estos recursos han quedado apartados en un rincón del aula.
• Para elaborar y seleccionar el material digital que se va a utilizar en el aula, en la mayor parte de los casos se siguen las indicaciones de los grupos editoriales. En realidad, los materiales deberían ser elaborados por los docentes, que son los que de verdad conocen el hecho educativo, el día a día escolar, y así podrían elegir los aspectos más adecuados para la formación de sus alumnos.
• La principal preocupación es todos los alumnos tengan acceso a Internet. Pero, no preocupa tanto el contenido que deben consultar en la red, y el tipo de deberes que deben realizar accediendo a la misma.
• Insiste en la falta de formación de los docentes en las Nuevas Tecnologías y en la ausencia de contenidos reales a desarrollar.
• Las TIC no aportan una mejora de los resultados, porque el cambio metodológico necesario para ello no está contemplado en el plan 2.0.
• Además, se afirma que hay otro problema, ya no es que no se forme a la comunidad docente, sino que la persona encargada del mantenimiento de las TIC en el centro (el Coordinador TIC) cada día tiene menos horas como consecuencia de las reducciones horarias.
En mi opinión, la idea que plantea el plan de la Escuela 2.0 es necesaria, estaría basada en la introducción de las TIC en la escuela. Sin embargo, la metodología que se ha seguido para llevar a cabo este plan parece que no ha sido del todo correcta.
En primer lugar, para una implantación correcta de las Nuevas Tecnologías en las escuelas, es necesaria una formación previa del profesorado. Después de ello, vendría la incorporación y la aplicación de esos conocimientos y recursos en el aula.
Además, las metodologías también deben cambiar. En la actualidad, parece lógico y necesario que se utilicen medios tecnológicos en el proceso educativo, pero su uso debe ser planificado previamente (y revisado con posterioridad). Únicamente de esta forma, podrá crearse un marco educativo correcto y podrá ofrecerse una educación de calidad a los alumnos.
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