Desde la implantación del Plan Escuela 2.0, el panorama educativo refleja una situación diversa. Por un lado, encontramos docentes y centros que ya usaban las TIC y, por tanto, la dotación de medios que ha supuesto el proyecto de Escuela 2.0 ha tenido una gran acogida. En cambio, en otros centros en los que apenas se habían iniciado en el uso didáctico de las TIC, la situación ha sido totalmente diferente, los docentes deben aprender inmediatamente a manejar estos recursos y comenzar a utilizarlos en sus prácticas.
A pesar del esfuerzo que los centros de profesores y gran cantidad de docentes están haciendo para ponerse al día, se ha podido comprobar que su formación previa no era suficiente. Además, la formación no debe dirigirse solamente a la propia utilización de las TIC, sino que debe encaminarse a los aspectos didácticos de las TIC.
Como hemos podido ver en clase, sin una buena formación en los aspectos didácticos de las TIC, los docentes emplearán las TIC en sus prácticas como soporte a las formas tradicionales de enseñanza. No serán capaces de descubrir nuevos usos didácticos de la tecnología ni de emplearla de forma innovadora, a través de prácticas formativas novedosas y motivadoras.
Al mismo tiempo, la metodología tiene que ir adaptándose al nuevo marco educativo que conforman las Nuevas Tecnologías. Poco a poco, se empiezan a emplear metodologías más activas, se proponen actividades más centradas en los estudiantes, trabajos en grupo, investigaciones, etc.
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